De qué susto están hechos mis latidos en los momentos en que se escucha un gallo misterioso y el cielo es un azul de lactancia que conmueve.
No era ficción de tiempos remotos: una piedra de azul celeste, al fondo del barranco sin sol, muestra aún claramente las pisadas que los pequeños elfos, en la escena pulida dejaron, al danzar con brillante cortejo (... ).