Lo impulsaban a luchar el deseo de saber y el amor a la verdad, el espíritu de aventura teórica, y el anhelo de consolarse y atenuar la atmósfera de aflicción que lo cubría y la sensación de soledad que se ocultaba en lo hondo de su alma.
Toda aflicción que llega acaba por irse. Así sucede con las glorias y las tragedias del mundo
¿De qué me sirve ganar 1.000 euros en vez de 800 si están manchados de sangre, si sé que se obtienen con el sufrimiento y la muerte de mucha gente? La suerte de esta parte del mundo es la desgracia del resto
El sufrimiento verdadero llega siempre paulatinamente.
Cumplí las promesas que hagas, buenas o malas. Si me prometés un premio, dámelo; si es una penitencia sostenela
¡Qué poco vale la penitencia sin la continua mortificación!