Lo que pasa en nuestro tiempo es que el ser humano está perdiendo el control y está cargándose un sistema de equilibrios larga y cuidadosamente construido. El mundo se nos está yendo de las manos. La rueda gira cada vez más rápido y no tenemos el tiempo ni la serenidad para ver lo que estamos haciendo.
Es más alto que yo, es más rápido que yo, es más guapo que yo, pero aún así yo soy mucho mejor jugador de baloncesto
Nuestra pasión es rozar el borde vertiginoso de las cosas. Sigue siendo lo que ha sido siempre: el límite estricto entre lealtad y deslealtad, fidelidad e infidelidad, las contradicciones del alma.
En los de la alcoba: a cada uno una punzada en el coxis y vehemente deseo de mirarse el coxis, de lamerse el coxis. Una contorsión del cuello y el seguir vertiginoso de la cabeza a la curva del cuerpo, sobre manos y pies, en movimiento centrípeto, mientras los vestidos se esfumaban y una curiosa prolongación, arqueada y móvil, les nacía del coxis.
Cada vez está más triste y más violento el corazón de Canek. Antes hablaba y decía su pensamiento. Ahora casi ha enmudecido; aprieta los puños y se va solo por los caminos de espinas, de piedra y de sol. Le acompaña su sombra. En los ojos de Canek se ha encendido la sangre de los indios. La sombra de Canek es roja.
El comportamiento violento entre los diferentes grupos de fans, se está poniendo peor que el fútbol y francamente nos pone muy incómodos. Estamos allí para hacer música y entretener, no para tener gente discutiendo entre sí
Es un hecho demostrado en todo el mundo que el aumento brusco del precio de los alimentos genera malestar político e inestabilidad social en las ciudades.
Vivimos en un momento de la historia donde el cambio es tan acelerado que empecemos a ver el presente sólo cuando ya está desapareciendo.
En un Universo tal que fuese acelerado por una constante cosmológica en vez de frenado por la atracción gravitatoria, habría habido tiempo para que la luz viajase de una parte a otra del Universo.
En los de la alcoba: a cada uno una punzada en el coxis y vehemente deseo de mirarse el coxis, de lamerse el coxis. Una contorsión del cuello y el seguir vertiginoso de la cabeza a la curva del cuerpo, sobre manos y pies, en movimiento centrípeto, mientras los vestidos se esfumaban y una curiosa prolongación, arqueada y móvil, les nacía del coxis.
Nuestra pasión es rozar el borde vertiginoso de las cosas. Sigue siendo lo que ha sido siempre: el límite estricto entre lealtad y deslealtad, fidelidad e infidelidad, las contradicciones del alma.
Un ejército no violento y vestido de harapos, frustraría los planes de hitler. Yo no tengo necesidad de sus tanques ni aeroplanos. Él no tiene necesidad de destruir nuestros hogares. Nuestro ejército no violento lo acogería y puede ser que no se atreviera a venir
Lo violento es estéril. Lo único seguro en una revolución es mancharse de sangre.
Es un hecho demostrado en todo el mundo que el aumento brusco del precio de los alimentos genera malestar político e inestabilidad social en las ciudades.
El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero.
La Tierra es un lugar más bello para nuestros ojos que cualquiera que conozcamos. Pero esa belleza ha sido esculpida por el cambio: el cambio suave, casi imperceptible, y el cambio repentino y violento. En el Cosmos no hay lugar que esté a salvo del cambio..