Nuestra vida política debe ser un certamen de honor y de competencia.
Todo lo que uno ve es simplemente una proyección de lo que no ve, su verdadera naturaleza y sustancia.
La Arquitectura es Acto Social por excelencia, Arte Utilitario, como proyección de la Vida misma, ligada a problemas económicos y sociales y no únicamente a normas estéticas. (...) Para ella, la forma no es lo más importante: su principal misión: Resolver hechos humanos.
Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima.
Cuando el muerto llora, es señal de que está en vías de curación, dijo solemnemente el cuervo. Siento mucho contradecir a mi ilustre amigo y colega, replicó el mochuelo, yo creo que cuando el muerto llora es señal de que no le hace gracia morirse.
Tejamos en el día un hueco de verdad, el libro de poemas toma apenas lo que el show o la serial y brinda todo aquello que un hombre puede dar, su lágrima, su dicha, su secreto sin horarios ni canal.
Hay una fama sobre los músicos, muchos show, mucha guita, muchas minas y encima lloran. Cuando terminas un show no te queda energía para nada, lo único que deseas es estar solo o con tus amigos o con tu mina.
Cuando empecé a finales de los 50, todas las películas que hice - no importa qué el presupuesto fuese bajo - conseguí una representación de teatro de cada una. Hoy, a menos el 2o% de nuestras películas obtienen una versión teatral.
La ausencia de cualidades plásticas, bien percibidas por la crítica, había sido en efecto colmada por una representación objetiva de los objetos, claramente comprendida y entendida por toda la literatura hecha en torno a la pintura. Esta manera suelta de representar los objetos me parecía revelar un estilo universal, en el que las manías y las pequeñas preferencias de un individuo no importan ya.
Cada uno habla de la feria según como le va en ella.
A quienes no les gusta o les parece cruel una buena corrida o una buena pelea de gallos, la solución es muy sencilla: no vayan. Pero, qué tal la feria de Cali sin toros o el Festival Vallenato sin gallos? ¡Y, por Dios!, no sigamos legislando como si viviéramos en Dinamarca.
El valor en la vida es con frecuencia un espectáculo menos dramático que el valor ante el momento final; pero no deja de ser una magnífica amalgama del triunfo y tragedia. Un hombre hace lo que debe -sin importarle las consecuencias personales, los obstáculos, las presiones ni los peligros-, y este es el fundamento de toda moralidad humana.
También podríamos recluirnos en el egoísmo, que permanece en la playa tranquila, y contemplar seguros el lejano espectáculo de las confusas ruinas.