El gran peligro de Europa es la disolución de la unidad de España.
No cabe duda, pues, de que los judíos, desde la disolución de su Estado, ya no están más obligados por la ley de Moisés que lo estaban antes del comienzo de su sociedad y de su Estado.
El desvanecimiento de los ideales es triste prueba de la derrota del esfuerzo humano.