La muerte llegará, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Paréceme también que uno de los mejores medios para nuestro adelantamiento en la perfección, es el examen particular sobre el defecto con el que nos hemos propuesto acabar, o sobre la virtud contraria que deseamos adquirir; y apuntar nuestras faltas en un cuadernito, para imponernos al fin de cada día alguna penitencia por ellas.
Mas, ¿será posible que un español entre en mi familia?, ¿será posible que mi única hermana venga a ser mujer de un maketo?... Si tal acontece, ¡juro por la sangre de mi raza que he de largarme al fin del mundo, para no ver más a quienes así y por un plato de lentejas, menosprecian a su raza y venden a su patria!.
Triunfar es también llegar al fin de la ilusión.