Hay gente en ocasiones que deseas que fuera un libro, para así poder cerrarla con un sonoro y seco golpe de la mano, sin marcar la página, y devolverla luego para siempre al lugar en que por derecho corresponde: los mustios anaqueles de una rancia biblioteca.
...de golpe se me acerca gente a hablarme como al personaje. Hay gente que me dice: Andy, ¿te puedo pedir una cosita?
En un partido cuando era DT en Bolivia se refería al ataque del equipo contrario: pusimos un micro en el arco y la metieron por la ventanilla...
El ataque envolvente, o desde varios lados, sólo es posible como norma para el bando que mantiene la iniciativa, o sea, la ofensiva, y que el defensor, en el curso de la acción, no está en condiciones, como no lo está en la táctica, de devolver el golpe al enemigo cercándolo a su vez.
¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla, pero qué injustamente arrebatada! No sabe andar despacio, y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada
Y aún así mi corazón se alza, sé qué he alegrado una vida anudando, deshaciendo una red de cuerda embreada, la red colgará de la pared cuando los pescados hayan sido comidos, clavada como bronce indescifrable, el futuro sin futuro.
Quiero la idea que avanza hacia lo desconocido sin mirar atrás; la idea clavada en las entrañas del misterio, en el fondo del agujero donde sólo cabe una mano.
En los de la alcoba: a cada uno una punzada en el coxis y vehemente deseo de mirarse el coxis, de lamerse el coxis. Una contorsión del cuello y el seguir vertiginoso de la cabeza a la curva del cuerpo, sobre manos y pies, en movimiento centrípeto, mientras los vestidos se esfumaban y una curiosa prolongación, arqueada y móvil, les nacía del coxis.
En los de la alcoba: a cada uno una punzada en el coxis y vehemente deseo de mirarse el coxis, de lamerse el coxis. Una contorsión del cuello y el seguir vertiginoso de la cabeza a la curva del cuerpo, sobre manos y pies, en movimiento centrípeto, mientras los vestidos se esfumaban y una curiosa prolongación, arqueada y móvil, les nacía del coxis.
Quiero la idea que avanza hacia lo desconocido sin mirar atrás; la idea clavada en las entrañas del misterio, en el fondo del agujero donde sólo cabe una mano.
Yo tengo clavada en mi conciencia, desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales...