Si un contemplativo se echa al agua, no probará a nadar, tratará primero de comprender el agua. Y se ahogará.
Guatemala tiene un río pensativo y otro que se tiñó de sangre... Tiene un volcán de agua, otro de fuego y una montaña de huesos y cadáveres.
La verdadera educación no sólo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa y este momento reflexivo -el que con mayor nitidez marca nuestro salto evolutivo respecto a otras especies- exige constatar nuestra pertenencia a una comunidad de criaturas pensantes.
En el amor sobreviene un momento en que llega a su apogeo; en ese momento no tiene nada de reflexivo ni de sensual: es sólo pureza moral
Esa palabra, la del matrimonio y la de los hijos no están en mi lenguaje. Estoy concentrado en mi carrera. Lo que sucede es que en el amor tal vez pido más de lo que puedo dar. De hecho, cuando estoy enamorado disfruto mi soledad.
Esto es lo que ha sucedido a lo largo de la historia de la humanidad. Una y otra vez, la riqueza y el poder se han concentrado en manos de unos pocos que consolidan y perpetúan su control a expensas de la mayoría.
¡Ay madre! Cuando estemos satisfechos de comer, de hablar, de reírnos y maravillarnos, nos vamos cada uno a lo nuestro: yo a mi cama, donde distraído abro la esclusa intemporal del sueño, tú a tu tumba, donde susurra la hierba familiarmente con su voz de tiniebla y eternidad.
La mayoría de las cosas que nos pasan, si se piensa, vienen y van sin dejar rastro, como si en realidad no importaran mucho y esa predisposición para olvidarlas fuera nuestra manera de perdonar que nos hayan distraído de las cosas que sí merecían atención. Sin embargo hay unos pocos momentos escogidos en la vida qye según los estás viviendo ya sabes que los vas a recordar para siempre