Nadie puede ser esclavo y menos de señores, porque amará a uno y odiará al otro; además, fuera de Dios, cualquier otro es un impostor
Dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a la vez.