Cuando un hombre de letras alemán deseaba antiguamente dominar a su nación, le bastaba con hacerle creer que había alguien dispuesto a dominarla. Al punto quedaban todos tan intimidados que se dejaban dominar con gusto por quien fuese.
Dicen esas cosas en nombre de la corrección política. Yo soy políticamente incorrecto y la corrección política no es más que la mordaza que antiguamente se llamaba censura e Inquisición. Además yo hablo con palabras de escritor, no con eufemismos de personas que sólo quieren ganar votos.