El hombre de antaño no se parecía al de hoy. Nunca hubiese aquél formado parte de este rebaño que las democracias plutocráticas, marxistas o racistas alimentan para la fábrica y el osario.
La agricultura fue antaño un trabajo sagrado. Cuando la humanidad se apartó de su ideal, apareció la moderna agricultura comercial. Cuando el agricultor comenzó a hacer cultivos para ganar dinero, entonces olvidó los verdaderos principios de la agricultura.
Aquellos corazones que anteriormente latían con osadía por la alabanza, ahora sienten que hasta han perdido el pulso.
...cuando se conquista por segunda vez un país que se había rebelado anteriormente es más difícil volverlo a perder...
Mañana querrá usted persuadir a alguien de que haga algo. antes de hablar, haga una pausa y pregúntese: ¿Cómo puedo lograr que quiera hacerlo?
Pienso que la audiencia creerá mi actuación si me la creo yo. Eso significa que tengo que entender profundamente el personaje que voy a interpretar antes de actuar.
Yo no estoy en contra de las drogas, pueden ser instrumentos valiosos para el conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Lo que no soporto es el uso recreativo de sustancias peligrosas: hemos perdido el respeto por sus poderes. Las drogas son sacramentos y deben ser tomadas como parte de rituales sagrados, igual que en la antigüedad o en las tribus indias.
El pasado es siempre venerable; tocarlo implica un sacrilegio; descuidarlo es inhumano. Desde siempre -y sobre todo en la antigüedad pagana-, la autoridad de una institución estaba justificada (explicada) por su antigüedad. Asimismo, la antigüedad de una familia, de un estado era no sólo un título glorioso, sino también una base muy real de autoridad.
Lo que ocurre en el pasado vuelve a ser vivido en la memoria.
El que se olvida de los bienes gozados en el pasado es ya viejo hoy
Los otrora felices ejércitos turquesa se aprestan a situarse frente a frente, mas se preguntan el por qué de esta batalla. Pero todos son atrevidos como el amor.
Las instituciones de la república hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces, que, medrando con la sangre de los otrora mal llamados jóvenes idealistas, continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo