Los matrimonios jóvenes no se imaginan lo que deben a la televisión. antiguamente había que conversar con el cónyuge.
La felicidad es una condición imaginaria, antiguamente atribuida por los vivos a los difuntos, ahora atribuida usualmente por los adultos a los niños, y por los niños a los adultos.
Los otrora felices ejércitos turquesa se aprestan a situarse frente a frente, mas se preguntan el por qué de esta batalla. Pero todos son atrevidos como el amor.
Las instituciones de la república hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces, que, medrando con la sangre de los otrora mal llamados jóvenes idealistas, continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo