No hay muro, por alto, ancho o largo que sea, y cualquiera que sea el material que lo conforme, que pueda imponerse al sueño de una vida mejor. No hay muro ni foso que prevalezcan frente al intento de conquistar un futuro en bienestar.
No es en la resignación en la que nos afirmamos, sino en la rebeldía frente a las injusticias.
Yo no estoy en contra de las drogas, pueden ser instrumentos valiosos para el conocimiento del mundo y de nosotros mismos. Lo que no soporto es el uso recreativo de sustancias peligrosas: hemos perdido el respeto por sus poderes. Las drogas son sacramentos y deben ser tomadas como parte de rituales sagrados, igual que en la antigüedad o en las tribus indias.
Una quinta parte de las personas están en contra de todo durante todo el tiempo.
Cuando se ama de verdad -decían nuestros antiguos trovadores-, se oiga lo que se oiga, se vea lo que se vea en contra de la amada, no se debe dar crédito ni a los oídos ni a los ojos; hay que escuchar únicamente al corazón.
Hay persona que dicen que representan a Cristo, pero predican en contra del amor... Por ejemplo, predicar en contra de la homosexualidad es una blafesmia.