Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz
De las altas estrellas desciende un esplendor que incita a ir tras ellas y aquí se llama amor. No encuentra el corazón nada mejor que lo enamore, y arda y aconseje que dos ojos que a dos astros semejen.