Los políticos se defenderán astuta y eficazmente, porque no usarán el ataque de los galos, que se desnudaban el pecho, sino la emboscada de los pabellones negros que abren su agujero en la tierra, se ocultan, y el instante menos pensado descargan el rifle a la espalda del enemigo.
Si alguna vez tengo que dejar de coger el metro, me va a dar un ataque al corazón
Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos.
La condesa, dando alaridos, se abalanzó sobre él con la furia de una hiena y le mordió en el pecho. El conde dio un empujón a la rabiosa mujer y la tiró al suelo, donde entregó su espíritu en medio de las convulsiones más espantosas. El conde enloqueció.
Que tanto y tanto amor y tanto vuelo entre unos cuerpos al abordaje apenas de su lecho, se desplome.
Hoy no hay guita ni de asalto y el puchero está tan alto que hay que usar el trampolín.
La revolución feminista ha convertido a la mujer en ese tipo de hombre que a mí me entristecía cuando era joven, ese que tenía que trabajar de nueve a cinco de manera aburrida y nunca era dueño de su destino. Ahí es donde acabó su revolución, su asalto al poder.
El único gran elemento para la continuación del éxito en una ofensiva es mantener el ímpetu.
Si los preparativos comunistas en Cuba, en cualquier instante y de cualquier manera, fueran a poner en poner en peligro nuestra seguridad, o si Cuba llegara a convertirse algún día en una base militar ofensiva de posibilidades importantes para la URSS, entonces nuestro país haría todo cuanto fuese preciso para proteger su propia seguridad y la de sus aliados.
La era de la fotografía corresponde a la irrupción de lo privado en lo público; a la creación de un nuevo valor social como es la publicidad de lo privado.
Ya hemos indicado, por otra parte, que el favorecer la irrupción de los maketos es fomentar la inmoralidad en nuestro país; porque si es cierto que las costumbres de nuestro pueblo han degenerado notablemente en ésta época, débese sin duda alguna a la espantosa invasión de los maketos, que traen consigo la blasfemia y la inmoralidad.