No es mi arrogancia intelectual la que habla de mi rigor científico. Ni la arrogancia es señal de competencia ni la competencia es causa de la arrogancia. Por otro lado, no niego la competencia de ciertos arrogantes, pero lamento que les falte la simplicidad que, sin disminuir en nada su saber, les haría mejores personas. Personas más personas
Legisladores, haced vuestras mancillas menos frecuentes si queréis disminuir la masa de crímenes; una nación que supo hacer un dios del Honor puede derribar sus cadalsos cuando le queda para dirigir a los hombres el freno sagrado de tan hermosa quimera...
Sé que en mi partido hay gente que ha querido minimizar el impacto del 15-M, pero recuerdo la espontaneidad de la gente que se sentó a debatir en las plazas. Me recuerdo pensando con mi hijo por esas plazas que estaba lleno de hijos y nietos de socialistas, sentados. Recuerdo que pensé: por qué están sentados en plazas y no en nuestras asambleas socialistas.
Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito.