El hombre es libre, pero deja de serlo si no cree en su libertad; y cuanto más fuerte supone aldestino, tanto más se priva de la fuerza que Dios le ha concedido al dotarle de razón.
Las instituciones tenderán a educar y a emplear bien a todos y a cada uno, según sus energías físicas y morales; de manera de desarrollar desde los primeros años a ambas; a tener el cuerpo y el espíritu en el mejor estado de salud con alegre disposición, a fin de que la vida se prolongue y la felicidad dure hasta el último extremo concedido a la humanidad.