... con el correr de los años todo se dispersó y se perdió como todo cuanto el hombre posee durante un breve lapso y cree ser dueño.
El buen Dios, previendo en su sabiduría que su pueblo elegido sería disperso por el mundo entero, dio a todos sus miembros un olor especial que les permitiese reconocerse y encontrarse en todas partes: es el faetus judaicus