La heroína es la mamá eterna, es como el útero que te protege. Con ella no se jode, por algo es la segunda droga en importancia, la primera es el poder.
Si usted quiere que sus lectores se vuelvan locos por la heroína de una novela, cuídese de darle rasgos fijos, a fin de que cada cual pueda imaginarla según su fantasía y como más le guste.