Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuan poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodiaco.
Al sucumbir bajo el peso de la cantidad, al espíritu no le queda otro criterio que el de la eficacia.
Esta tarde a las 6 marchará todo el ejército para caer sobre nuestros enemigos antes de aclarar. La primera división atacará la derecha enemiga, la segunda división –Sotomayor- el centro y la tercera el ala izquierda. Yo espero que todos cumplan con su deber. Somos chilenos el amor a Chile nos señala el camino hacia la victoria. ¡Adiós, compañeros!, ¡Hasta mañana después de la batalla!
A la piedra arrojada, no le importa caer ni subir
Si se ha de escribir correctamente poesía, no basta con sentirse desfallecer en el jardín, bajo el peso concertado del alma o lo que fuere y del célebre crepúsculo o lo que fuere.
Hay calumnias frente a las cuales la inocencia misma se siente desfallecer