Es indigno que hombres notables pierdan su tiempo como esclavos del cálculo cuando podrían dejar ese trabajo en manos de cualquiera si se usaran las máquinas.
Es indigno de hombres excelentes desperdiciar las horas como esclavos en la labor de calcular lo que sin riesgo podría relegarse a alguien más si se utilizaran máquinas.
No tengo nada más que ofrecer que; sangre, ímprobo esfuerzo, sudor y lágrimas
Nada tan mezquino de miras como un hombre eternamente confinado en la política. Si fiel a su partido, se agita en órbita de microbio, no concibe nada más allá de su grupo y realiza una obra de interés personal o de egoísmo; cuando no, rencores y venganzas; si infiel a sus correligionarios, va de agrupación en agrupación ejerciendo el ignominioso papel de tránsfuga y merodeador público.
Estoy seguro de que llegará un día en que los alemanes decentes se sentirán avergonzados ante el ignominioso trato de que he sido objeto.
Si vuestra majestad lo ve así, entonces vuestra majestad no me ha interpretado bien, pues siempre he considerado sumamente indecoroso y absurdo que la mujer tome el puesto de instructora o maestra de su señor y marido; ella debe aprender de su marido y ser enseñada por él.
Hay casos en que es indecoroso seguir viviendo. Se debe morir orgullosamente cuando ya no no es posible vivir con orgullo.
Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos.
Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra...Cómo haré para que sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía...
Es increíble y vergonzoso que ni predicadores ni moralistas eleven más su voz contra los abusos hacia los animales.
No considero nada vergonzoso honrar a los hermanos.
La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
No deja de ser humillante para una persona de ingenio, saber que no hay tonto que no le pueda enseñar algo.