¿No se adhiere usted a ningún partido? No, quiero seguir pudiendo despreciar a todos los sinvergüenzas, y especialmente a los de ideas parecidas a las mías.
Hasta la edad podría servir de motivo para presumir: un joven que se tenga por inteligente y capaz, podría despreciar a los viejos, y un viejo, por su rica experiencia, podría despreciar a los jóvenes. Todas estas cosas se convierten en cargas, en fardos, si se carece de espíritu crítico.
El camino más breve para enriquecerse es menospreciar las riquezas.
La ciencia es una exploración de preguntas muy difíciles. Sin menospreciar la teoría de la evolución, eso es un avance intelectual tremendo, pero no te dice nada acerca de si hay o no lo que la gente cree cuando hablan acerca de Dios. Ni siquiera habla de ese tema.
Un error corriente que suelen cometer los diseñadores de cualquier cosa a prueba de tontos, es subestimar el ingenio de un tonto de remate.
De todos los peligros, el mayor es subestimar al enemigo
Todos los conceptos de la Iglesia se hallan reconocidos como lo que son, como la más maligna superchería que existe, realizada con la finalidad de desvalorizar la naturaleza, los valores naturales; el sacerdote mismo se halla reconocido como lo que es, como la especie más peligrosa de parásito, como la auténtica araña venenosa de la vida...
No he logrado nada solo. Millones de personas en todo el mundo ansiaban la paz. Por eso digo que no hay que minusvalorar el poder de la oración.
Cuando los nuevos pensamientos echaron fuera todos esos horribles temores, la vida renació en él. La sangre corrió por sus venas y le inundó una enorme fuerza. Su pensamiento científico no tenía nada de extraño. Era una fórmula simple y práctica de desechar a tiempo los pensamientos sin esperanzas, para dar cabida a una enorme determinación y valentía.
Algunas veces debemos desechar los grandes pensamientos, y seguir los que las circunstancias nos inspiran
En ese mismo momento, cuando en verdad podíamos decir: Vano es el socorro del hombre, quiso Dios, para nuestra grande y dulcísima sorpresa, abatir la furia del mal, y al declinar la malignidad de éste, y aunque aún había un número infinito de enfermos, cada vez fueron muriendo menos.
Aconsejar a otros, y desatender su propia seguridad, es insensato.
Siempre he mantenido que lo único que están para defender lo bueno, lo verdadero y lo bello. Tenemos que rechazar lo que es feo.
Puedo decir con certeza que las Fuerzas Armadas Afganas son capaces de rechazar con eficacia todos los ataques contra la convivencia pacífica del pueblo afgano, siempre y cuando, se detenga la intromisión armada desde el exterior.
Ser débil es rehusar de ti mismo