Dormir es distraerse del mundo.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
Creo que hay algo en la naturaleza femenina que mueve al hombre a abandonarse ante ella, dejando que broten libremente sentimientos tiernos y emocionados, sin menoscabo de su hombría.
Lo primero que debe hacerse es llevar a una muchacha al punto en que sólo conozca un deber: el de abandonarse plenamente a su amado, tanto como si, llena de exaltada beatitud, mendigase ese favor. Sólo entonces es cuando se pueden obtener de ella los verdaderos y grandes placeres. Y a esto sólo se llega por medio de una elaboración espiritual.
Siempre me he ceñido a dos principios. El primero es entrenar duro y conseguir la mejor condición física posible. El segundo es olvidarse de la otra persona hasta que lo enfrentas en el ring y suena la campana.
Suele olvidarse que los textos literarios y quienes los clasifican para el discurso nacional, obedecen a estrategias discursivas cuya politicidad cruza la literatura e interviene en la ordenación de los valores nacionales.
Yo creo que la gente debería ser capaz de jugar en todas las posiciones del campo. Por eso es tan importante que todos escuchen durante las conversaciones tácticas. El extremo izquierdo no puede dormirse cuando el entrenador habla sobre el lateral derecho.
Nada lastima más a los laureles que dormirse en ellos.
Sobre tus ojos dormidos dejo mis ojos cerrados para dormir con tu sueño y salir de ti, contigo, por los remansos del aire, por los espacios sin tiempo.
La vida y el mundo son el sueño de un dios ebrio, que escapa silencioso del banquete divino y se va a dormir a una estrella solitaria, ignorando que crea cuanto sueña...
Es indigno que hombres notables pierdan su tiempo como esclavos del cálculo cuando podrían dejar ese trabajo en manos de cualquiera si se usaran las máquinas.
Vivir es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros con seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurreo, a la verdad y al error.