Los conceptos se forman a base de nuestras máximas experiencias de un cierto género, que reconocemos como recurrentes. Y nuestras experiencias máximas del poder no son las de una fuerza que produce cambios inmediatos, sino las de una capacidad de poner en movimiento semejantes fuerzas, en forma directa o indirecta.
El secreto es tener paciencia. poner atención a los detalles de cada día.
El contorno debe ser lo último y sólo un ojo experimentado lo puede colocar correctamente.
El pecho le dolía como si se lo hubiesen abierto para sacarle el corazón. Sentía allí un vacío atroz, un vacío real que no podía calmarse hasta que pudiera colocar allí el corazón de Cristina. Son estos fenómenos de una psicología particular que, según parece, no pueden ser comprendidos sino por aquellos a quienes el amor ha asestado ese golpe que en el lenguaje corriente se llama el flechazo.
El diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro que no se puede conculcar: no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores.
Por una serie de circunstancias el militante revolucionario nicaragüense necesita vivir en alguna medida la lucha armada para poder entregar su energía a la actividad revolucionaria
Uno de los mayores consuelos de ésta vida es la amistad, y uno de los mayores consuelos de la amistad es tener a quien confiar un secreto.
Pero para esta época, 1836 a 1839, yo había comenzado a ver, gradualmente, que el viejo testamento, desde su manifiesta falsa historia del mundo, con su Torre de Babel, el arcoíris de señal, etc., y desde atribuirle a dios los sentimientos de un tirano vengativo, no era más de confiar que los libros sagrados de los hindúes o las creencias de cualquier bárbaro.
Sería una estulticia encomendar una gran hazaña a un hombre tímido, pues todas las cosas tienen la talla de quien las hace
Las guerras, para ser buenas, las han de encomendar a los dioses, aceptarlas los príncipes, justificarlas los filósofos y ejecutarlas los capitanes.
¿Cómo ve el mundo un caballo o un águila, un venado o un perro? ¡Qué pobre, qué falta de alma es nuestra convención de situar animales en un paisaje que pertenece a nuestros ojos, en lugar de sumergirnos en el alma del animal, para descubrir su horizonte!
Tenemos las ideas y el proyecto para volver a situar al Madrid en el lugar que le corresponde
A mi me estimula muchísimo más la lucha por evitar la humillación y la vergüenza que la lucha por obtener el reconocimiento y la gloria, porque como no creo en el segundo aspecto, tengo muy claro a donde ubicar las energías, cómo ubicarlas, y saber qué tipo de entusiasmo hay que poner en cada una de las situaciones que a uno le toca enfrentar.
La verdadera disciplina del Zen comienza sólo en el punto en que el individuo ha dejado completamente de intentar mejorarse a sí mismo. (...) La razón es que el intento de mejorar o de actuar sobre uno mismo es una forma de encerrar la acción en un círculo vicioso, es como tratar de morderse los propios dientes.
Ninguna teoría, incluida la científica, puede agotar lo real, y encerrar su objeto en sus paradigmas.
Creo que es muy importante asentar nuestra convivencia en una memoria viva y no en un olvido ficticio. Creo que no es posible olvidar; es posible no limitarse a la memoria de lo trágico y tomar otros gestos y otros posicionamientos. (...) Uno siente la alegría del diálogo sin que sea indispensable borrar la historia, uno puede ir al diálogo mucho más auténticamente sino disimula sus heridas.
... cuando el capitalismo comenzó a meter en masa al resto de la población campesina, embrutecida y reducida a la condición de animales, en la vorágine de la vida sociopolítica, más compleja cada día, nuestros paladines comenzaron a gritar y lamentarse del hundimiento y de la destrucción de los pilares básicos de la sociedad.
Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos.
Se puede ser totalmente racional con una máquina. Pero si usted trabaja con gente, a veces la lógica tiene que ir en el asiento trasero y dejar adelante a la comprensión
La memoria es como una red: uno la encuentra llena de peces al sacarla del arroyo, pero a través de ella pasaron cientos de kilómetros de agua sin dejar rastros.