La mayor nobleza de los hombres es la de levantar su obra en medio de la devastación, sosteniéndola infatigablemente, a medio camino entre el desgarro y la belleza. (Antes del fin, 1999).
Cuando la inspiración encuentra algo -porque en el arte no se busca, se encuentra- y ese algo aparece como un duende. Como un hermoso duende que da vueltas alrededor. Por eso muchas veces, cuando termino un cuadro, lo miro como si fuera de otra persona y seguro que esa obra es la mejor, porque no es el recuerdo de otras.
Tengan presente que trabajan por Dios y para Dios y de este modo trabajarán con celo y con gusto en medio de los sinsabores y espinas que ofrece el grave cargo del magisterio.
El peor de todos es un cadalso; la espada es el arma de quien no tiene razón, es el recurso común de la ignorancia y de la estupidez; hace prosélitos, inflama el celo y no convence jamás.
No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés
La mayor ventaja de la acción pública es su capacidad para satisfacer esa vaga necesidad de una meta y un significado más altos en las vidas de hombres y mujeres. Abducidos por el anhelo de interés y provecho propio, se oscurecen las razones para el altruismo o incluso el buen comportamiento.
Cuando culmine el proceso revolucionario argentino, se iluminará el aporte de cada episodio y ningún esfuerzo será en vano, ningún sacrificio estéril, y el éxito final redimirá de todas las frustraciones.
Estoy orgulloso por haber tenido en la vida, como faro brillante y director, a la corona de laurel del gran Trajano y al sublime sacrificio del Rey Dacio.
Nos internamos en el cosmos preparados para todo, es decir para la soledad, la lucha, la fatiga y la muerte. Evitamos decirlo, por pudor, pero en algunos momentos pensamos muy bien de nosotros mismos. Y sin embargo, bien mirado, nuestro fervor es puro camelo. No queremos conquistar el cosmos, sólo queremos extender la Tierra hasta los lindes del cosmos.
Todos los artistas tienen en común la experiencia de la distancia insondable que existe entre la obra de sus manos, por lograda que sea, y la perfección fulgurante de la belleza percibida en el fervor del momento creativo: lo que logran expresar en lo que pintan, esculpen o crean es sólo un tenue reflejo del esplendor que durante unos instantes ha brillado ante los ojos de su espíritu.