Las circunstancias de su vida le han singularmente calificado para hacer una contribución. Y si usted no hace esa contribución, nadie más puede hacerlo.
Amarás a dios más que a ti mismo y amarás a tu prójimo tanto como a ti mismo, lo que implica el sacrificio de sí mismo y del prójimo a dios. Pasar por el sacrificio de sí mismo puede ser calificado de locura; pero el sacrificio del prójimo es, desde el punto de vista humano, totalmente inmoral.
El periodo de tiempo desde nuestra independencia, ha sido el primero en muchos, muchos siglos, en que las palabras refugiado judío no han sido pronunciadas. Esto es, por que el Estado judío está dispuesto a recibir a cualquier judío: competente o no, viejo o no, enfermo o no. Nos da exactamente igual
Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los hombres.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.
Una tesis es como una partida de ajedrez, tiene cierto número de movimientos, pero desde el principio hay que estar capacitado para predecir los movimientos a efectuar con vistas a dar jaque mate al adversario.
En cuestiones de pintura un experto sólo puede dar malos consejos a un pintor, por eso he renunciado a intentar juzgarme
Los elementos que caracterizan la calidad de las posiciones son casillas bien o mal defendidas, peones débiles, filas u columnas despejadas, etc. Al desmenuzar cada posición en sus elementos, un ajedrecista experto puede determinar su calidad igual que un químico desintegra un cuerpo en sus elementos componentes.
Una tesis es como una partida de ajedrez, tiene cierto número de movimientos, pero desde el principio hay que estar capacitado para predecir los movimientos a efectuar con vistas a dar jaque mate al adversario.
Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés. Se achican. Tal vez lo que sucede, es que al compartir, lo que se dilata es el corazón. Y un corazón dilatado esta mejor capacitado para gozar de las alegrías y mejor defendido para que las penas no nos lastimen por dentro.