Los dos por un momento hemos pensado que estaban agotados los recursos, pero mis piernas son definitivas, y te hacen maquinar en un instante una historia de amor nocturna y loca.
Hacer un poema es planear un crimen perfecto. Es urdir una mentira sin mácula hecha verdad a fuerza de pureza.
Mi vocación es más en la composición que cualquier otra cosa realmente, la construcción de armonías con la guitarra, orquestar la guitarra como un ejército, un ejército de guitarras.
Es como quemar una pintura del Renacimiento para cocinar una comida