El lugar del palacio más oculto están los sacerdotes ocupando, y en los altares, con divino culto, está el fuego sagrado humeando, en otra parte el mujeril tumulto la deseada fiesta celebrando, con mayor gravedad y más decoro hace (corona casta) alegre coro.
Tales etapas en el curso del año, como la fiesta de Navidad, se les aparecían como puntos de descanso, como una especie de columpios gracias a los cuales se podía uno balancear y dar vueltas sobre los intervalos vacíos.
Reconozco que no soy un santo, que me gusta la noche y que las ganas de juerga no me las quita ni mi madre. Sé que soy un irresponsable y un mal profesional, y puede que esté desaprovechando la oportunidad de mi vida. Lo sé, pero tengo una tontería en el coco: no me gusta tomarme el fútbol como un trabajo. Si lo hiciera no sería yo. Sólo juego por divertirme.