Si no caminara cotidianamente en la navaja que separa las nubes del cielo y el infierno y fuera una mujer de lino en un país planchado, desarrollado, lleno de todo lo que aquí nos falta... Seguramente hubiera pasado a tu lado sin mirarte, sin que me vieras. Seguramente, ni vos ni yo estaríamos ahora sentados mirándonos, tocándonos, acariciando, como a un niño el tiempo.
Me sentí como un punk que hubiera salido a comprar una navaja automática y volviera a casa con una pequeña bomba de neutrones. Otra vez me estafaron, pensé, ¿De qué sirve una bomba de neutrones en una pelea callejera?