La prueba de un predicador es cuando su congregación no sale diciendo qué sermón más bonito, sino haré algo
El mejor predicador es el tiempo, que nos hace llegar a tener aquellos mismos pensamientos que las personas de más edad trataron ante en vano de meternos en la cabeza.
El buen predicador es el que sigue sus propios preceptos.
Todos los movimientos de acción colectiva, si necesitan de realizadores, necesitan también de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mirar al lado y sin mirar atrás. El predicador es el hombre que persuade para que todos hagamos, simultáneamente, lo que tenemos que hacer.