Ése es un paisaje hermoso pensó la hormiga ante una barra grande de pan poco antes de que el cielo se desplomara sobre su cabeza disfrazado de la edición dominical del New York Times.
Sus dedos exploraron felices toda mi espalda con delicadeza, suavemente, y poco a poco convirtieron mi piel en una barra libre de sensaciones deliciosas. Estaba conmovida. Hundí la cara en la almohada para ocultar mi éxtasis y mis lágrimas.
El paisaje se aclara, el sol asoma en una faja escarlata sobre la diafanidad del cielo.
La persona que tiene mucha alegría es necesariamente buena: pero tal vez no sea la más lista, aunque consigue precisamente aquello que la más lista trata de conseguir con toda su listeza.
No comer es un vicio, una especie de droga: con el estómago vacío se siente limpia y veloz, con la cabeza despejada, lista para la pelea. Toma un sorbo de café, baja la taza, estira los brazos. Levantarse a lo que parece ser un buen día, prepararse para trabajar pero no embarcarse todavía, resulta una de las experiencias más singulares.
Y entre los oscuros pinos y la orilla plana, - ¡Oh, el viento, y el viento, para siempre! ¿Qué será del hombre?
Para saborear todo cuanto ofrece de delicioso un paseo por la orilla del arroyo, es preciso que el derecho de la pereza haya sido vencido con el trabajo y que el espíritu cansado tenga necesidad de adquirir nuevo aliento contemplando la naturaleza.
No nos es tan querido lo duradero, inmóvil: piedra preciosa con un fuego frío, pesada barra de oro refulgente; y las mismas estrellas extrañas, alejadas, no parecen iguales a nosotros, seres transitorios, pues la hondura del alma no la alcanzan.
A mí no me tumba nadie. Derrotar a Chávez es como tragarse un crisol de aluminio o una barra candente de acero. Ni muerto me sacan de Miraflores
Voy a medirme el amor con una cinta de acero: Una punta en la montaña. La otra... ¡Clávala en el viento!
Sí, en el cine todo te distrae: desde un señor que está colocando un foco, hasta otro que está cambiando la película de la cámara, o quizás esté haciendo mediciones con un foco y se acerca con una cinta y te la coloca delante. Es decir, tú aprendes a concéntrate en medio de todo eso.
El paisaje se aclara, el sol asoma en una faja escarlata sobre la diafanidad del cielo.
-¿Me deja su chaqueta, señor Marx? :-Sí, que la tengan lista para el jueves
En la actual inadecuación de la ley y el sentimiento internacionales, una nación tiene que estar lista en cualquier momento para defenderse; y cuando están implicados sus intereses fundamentales, se le tiene que permitir usar cualquier medio que considere necesario para su supervivencia. Los Diez Mandamientos tienen que mantenerse callados cuando está en juego la propia conservación
Revuelta con el viento mi alma has arrastrado hasta la orilla de tu alma.
No se lo que pareceré a los ojos del mundo, pero a los míos es como si hubiese sido un muchacho que juega en la orilla del mar y se divierte de tanto en tanto encontrando un guijarro más pulido o una concha más hermosa, mientras el inmenso océano de la verdad se extendía, inexplorado frente a mi.
Esto lo saben muy bien los conquistadores de ambos sexos. Una vez que la atención de una mujer se fija en el hombre, es a este muy fácil llenar por completo su preocupación, Basta con un sencillo juego de tira y afloja, de solicitud y de desdén, de presencia y de ausencia.
El payaso interior. Es el espíritu algo tan delicado que hasta la más sencilla sensación lo modifica. ¿Habéis visto esos muñecos que hacen cabriolas cuando se les tira de una cuerda? Pues idéntico es el espíritu. La sensación más sencilla lo modifica grandemente. ¡A sus cabriolas las llamo yo visiones espirituales!