Lo primero que se necesita es que el crédito bancaria sea barato y abudante. Esto solo es posible si cada banco central se libera de la preocupación de sentirse poseedor de las reservas adecuadas de dinero internacional.
Ante un problema, revisamos las reglas de un banco tradicional y las hacemos totalmente al revés. Es decir, mientras más necesita una persona, más prioridad le damos
Una cortesana dijo a un mandarín: seré tuya si esperas cien noches bajo mi ventana. Y el mandarín esperó, hasta la nonagésimo novena noche, en que tomó el taburete y se fue.