El encanto de la guerra procede asimismo de que es una situación simple, en la que es fácil elegir: el bien se opone al mal, los nuestros a los otros, las víctimas a los verdugos. Si antes el individuo podía pensar que su vida era inútil o caótica, en la guerra adquiere cierta gravedad.
En mis hijos quiero reparar el ser hijo de mis padres: y en todo el futuro quiero asimismo reparar este presente.
Sin embargo, volviendo al principio, había por otro lado otros que se habían abierto camino con esfuerzo hasta la cima desde el peldaño más bajo sin que nadie les echara una mano. Puro talento natural, eso. Con inteligencia, señor.
En el Perú hay pocas personas de convicción, por otro lado sólo existe una patria rosa engañando que es roja.