Los pobres, los pobres, pensé, e inmediatamente me acordé de Francisco de Asís
Después de la final, caminé solo por el césped del Estadio Olímpico. ¿Por qué? No lo sé explicar. En ese momento me acordé de un sueño
El oído afinado dirige la vela sensitiva...El sonido sordo y cauteloso del fruto...En el corazón del siglo soy un ser confuso...