La fe es el término medio entre la ligereza con que alguno precipitadamente cree y la pertinacia en no creer sino en lo que antes se demuestra por la razón.
Y aunque se reconozca el peso y la autoridad real de la virtud y del honor en las multitudes y en los partidos, nunca se espera encontrar el absoluto desintersado que tantas veces finge. Rara vez se espera encontrarlo en los dirigentes, muy escasamente incluso en individuos de cualquier rango y posición.
Y dicen que pienso en lo escasamente saludable que a la larga fue publicar libros y haberlo hecho en gran parte para tener cierta fama y luego poder administrarla como un buen burgués y acabar diciendo banalidades en periódicos y revistas, incapaz de ser el dueño de la más pequeña partícula de terreno de índole privado, personal. Escribir para esto.