El otro día, casualmente, una religiosa vasca que misiona en el Congo, me hizo un comentario que me pareció absolutamente aplicable a esta situación: que es una de las facultades más difíciles que tienen los seres humanos, pero que cuando la consiguen los pone en un estadío superior del comportamiento. Al recibir dolor, al recibir decepciones, recibir ofensas o adversidades, y en vez de actuar en consecuencia, y actuar defensivamente, y rechazar y expresar el disgusto, conservarlas dentro de uno mismo y neutralizarlas. Una persona que misiona en medio de un país en guerra, tiene esa facultad, o sea, todo lo que sea mal, dolor, entra en mí y no sale de mí
La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos, y que está ahí al alcance del salto que no damos
Estoy devanándome los sesos intentando encontrar algún medio de evitar la catástrofe, si es que está en nuestra mano, y se me ha ocurrido una idea tan poco convencional que he dejado a Halifax sin respiración...
Existen obras donde no hay lo que podría llamarse buena poesía, pero dan la idea de ello, y todo lo que da esta idea seduce al espíritu. Lo mismo puede decirse de muchos cuadros, que dan la idea de ser bellas pinturas sin que lo sean, e incluso de algunos libros.
Es una verdad indiscutible que el conjunto del pueblo de cada país desea sinceramente su prosperidad; pero es igualmente irrefutable que no posee el discernimiento y la estabilidad necesarios para un gobierno sistemático.
Incumbe a todo hombre dotado de discernimiento y comprensión, esforzarse por llevar lo que ha sido escrito a la realidad y acción.
¿Por qué le voy a dar una entrevista a un tipo poderoso y se la voy a negar a un pequeño reportero de provincias? ¿Por qué voy a acudir a una emisora líder cada vez que me llame y en cambio jamás a una pequeña radio del interior? ¿Cuál es el criterio para hacer una cosa así? ¿Mi propio interés? Eso es ventajismo.
Deseo contribuir a la mejora de nuestro municipio con buen criterio y capacidad de gestión. Creo en el diálogo como manera de trabajar, buscando construir entre todos un futuro ilusionante y tranquilo
Medita con alegría, no medites con seriedad. Cuando entres en la sala de meditación, deja tu seriedad y tus zapatos en la puerta. Haz de la meditación una diversión.
La meditación es el ojo del alma.