Todos tenemos algún antepasado imbécil. Todos, en algún momento de nuestras vidas, encontramos el rastro, las huellas vacilantes del más pelmazo de nuestros antepasado, y al mirar ese rostro huidizo nos damos cuenta, con estupor, con incredulidad, con horror, de que estamos contemplando nuestra propia cara que nos hace guiños y muecas amistosas desde el fondo de un pozo.
La fotografía, a veces, hace aparecer lo que jamás se percibe en un rostro real (o reflejado en un espejo): un rasgo genético, el pedazo de uno mismo o de un pariente que proviene de un ascendiente (...) La fotografía ofrece un poco de verdad, con la condición de trocear el cuerpo. Pero dicha verdad no es la del individuo, que sigue siendo irreductible; es la del linaje.
Pero el precedente de California sigue inquietándome. ¿Quién iba a decir que el Estado más grande de EE UU, un Estado cuya economía es más grande que la de la mayoría de los países, a excepción de unos cuantos, podría convertirse tan fácilmente en una república bananera?
Lo que es distintivo en el hombre es la posibilidad de hundirse hasta el nivel de las bestias. Con todo, tiene también la posibilidad de llevar a alturas nuevas y sin precedente esa unidad de la sensibilidad y del impulso, del cerebro, el ojo y el oído, que ejemplifica la vida animal, saturándola con los significados conscientes que se derivan de la comunicación y la expresión deliberada.
En el Antiguo Régimen (por el período anterior a la revolución sexual de los años sesenta) el amor precedía al sexo, y eso había dejado de ser así para siempre
Una de las peculiares desventajas que ofrece el mar está en el hecho de que, luego de haber logrado pasar una ola, se descubre que hay otra detrás, tan importante como la anterior y que posee la misma impaciencia nerviosa por hacer algo eficaz con relación a las embarcaciones a punto de naufragar.
La humildad es la raíz de todas las virtudes, porque es la absoluta carencia de egoísmo, el progenitor y el productor de todos los vicios