Enséñame a comer en otras manos, a no escribir poemas con tu huella, a apagar toda luz que tú encendiste, a separar el ruido de tu nombre de las cosas soñadas, de las cosas queridas.
Yo te amé, tú me amaste. Vivimos juntos, amándonos, amándonos. Pero la vida separa a aquellos que se aman tiernamente, sin hacer ruido y el mar borra sobre la arena, los pasos de los amantes que se separan.