El régimen sedicente comunista falló por no ser auténticamente socialista: porque, lejos de socializar la economía, la política y la cultura, las estatizó y, a su vez, sometió el Estado a la dictadura del partido. Una vez más: no puede haber socialismo auténtico, o sea, igualdad, allí donde el poder económico, político y cultural están concentrados en manos de una pequeña minoría.
El Universo es justo. Si brindas amor y abnegación, cosecharás buenas cosas, aunque no necesariamente cuando las esperas o de donde las esperas.