Todo comportamiento peculiar en la escuela se ve como anormal y tributario de tratamiento médico
No ves el río de llanto porque le falta una lágrima tuya.
Estaba en un campamento juvenil del partido a orillas del río Rímac. No me separaba ni cinco metros de este semidios y me sentía como en la Capilla Sixtina. Era imponente, un vasco antiguo, blanco y con barba, con una enorme cabeza que para mí sólo podía ser sinónimo de una maciza inteligencia