Envío a Chiara el respeto y la estima de la Iglesia de Constantinopla por su monumental labor de promoción de un amor basado en el Evangelio, entre personas de distintas creencias y formaciones. Me alegro de haber podido visitar a Chiara durante mi último viaje a Roma. Que su alma pueda encontrar la paz allí donde reposan los justos y dondo no existen el dolor, el sufrimiento ni el luto.
Hay obras maestras que lo son por el monumental aburrimiento que provocan.
Cada cañón que se hace, cada buque de guerra que se echa al agua, cada cohete que se lanza, significa, a fin de cuentas, que se está robando de los que tienen hambre y no están siendo alimentados. Este mundo armado no solo está gastando dinero. Está gastando... las esperanzas de los niños.
Sentado con mi guitarra frente al cañón de luz, descubrí que mi sombra, es la parte de mí que hasta la luz desprecia
Las palabras guay y fistro tuvieron que superar menos obstáculos –que la palabra miembra–, para ser admitidas por el diccionario de la Real Academia Española
Desde la J una y otra vez, MC's vienen y se llevan trozos de pared como un souvenir, venid, MC's, decid que si, que allí esta Kase, por fin os da su rap, mas guay que guay, flipáis, botáis, gritáis, y como yo sin aire os quedáis
El silencio puede ser, entonces, tanto el corolario excelso de la lucidez como la bruma irremediable en la que se diluye la aptitud y a veces la necesidad de articular una idea o una emoción con la que dejar atrás el mundo de lo previsible y codificado.
Nada prueba mejor un carácter estrecho y ruin que el amor al dinero, y nada es más noble y excelso que despreciarlo si no se tiene, y emplearlo cuando se tiene, en forma benéfica y generosa.
El campo fenomenal que llamamos Mundo, Ser, Realidad, Experiencia, es uno solo y por tanto indenominable: el de lo sentido le llamaremos todavía, ni externo ni interno, ni psíquico ni material. Nada que no ocurra para mí, en mi sensibilidad, no ocurre de ningún modo ni en campos psíquicos (otras almas supuestas), ni en el campo supuesto material.
Nuestro cuerpo es una maquinaria fenomenal cuyo rendimiento incluso supera al del ordenador más avanzado. Nuestra capacidad de actuar sobre nuestros pensamientos y sentimientos y de hacer que ocurran cosas no tiene igual en ninguna otra especie del mundo.