En los casos de exterminios masivos de personas la población local no profesa un odio sanguinario contra las mujeres, los ancianos y los niños que van a ser aniquilados. Por ese motivo, la campaña para el exterminio masivo de personas exige una preparación especial. En este caso no basta tan sólo con el instinto de conservación: es necesario incitar en la población el odio y la repugnancia.
Y me abandonaré a su abrazo y le abriré mi cuerpo para que él penetre en mí como el puñal del asesino penetra en el corazón de un príncipe sanguinario y magnífico...
Las espadas y lanzas por sí mismas son inofensivas; el que por sí mismo es apacible y sin maldad alguna, se volverá feroz y terrible a causa de las malas compañías.
En la historia y en la vida, uno a veces parece entrever una ley feroz que dice: que al que tiene, se le dará, al que no tiene, le será quitado
A pesar del verdugón en el cuello y de los hombros crispados, pensé se ha dormido, ha fingido que se ahorcaba para intentar engañarme, y entonces me acerqué a él, le puse el pulgar en la frente y estaba fría y con manchas color de vino en la raíz del pelo, y las botas en el extremo de las piernas, margarida, se me figuraron vacías como los zapatos de los mendigos.
Nuestra adhesión a un jefe natural no es una pérdida de libertad, es el reconocimiento de que nuestras ideas tienen un ejecutor y un intérprete.
No son las acciones las que forman la esclavitud. La esclavitud es solamente la idea falsa: Yo soy el ejecutor de la acción. Despójate de esos pensamientos y deja que tu cuerpo y tus sentidos representen su papel, sin obstaculizarlos con interferencias.