Nada más peligroso para los hombres comunes que la flatulencia de los monarcas.
El estadio de Zlin, situado en la zona industrial y feísimo, se halla enfrente de la central eléctrica: el viento barre el humo de las chimeneas, el hollín y el polvo, que caen en los ojos de los deportistas. Pese a tales inconvenientes, a Emil comienza a gustarle ese estadio, el aire pesado que se respira en él es bastante más puro que el del taller.
Demonios y maravillas, viento y mareas. A lo lejos ya el mar se ha retirado. Y tú, como un alga dulcemente acariciada por el viento, en las arenas del viento te agitas entre sueños.
Y luego Aragón es el futuro, sin darse cuenta que somos el último pedo del culo
Siendo niño mi familia tuvo que trabajar en tareas de limpieza y vivir en una furgoneta vieja. Pero por Dios le juro que incluso en aquellos tiempos lograba hacerles reír, aunque fuera con una imitación, un pedo o un baile.