Me asomo y veo tu cuerpo entre las sábanas, siento tu respiración lenta. Todo está vivo.
¿Qué pueden nuestras manos diestra y siniestra contra esta madurez de la muerte en zafra de tormentas? Si hay un reloj menudo que nos roe, burbuja con las patas de abeja y una fugaz respiración de hormiga, el corazón de almendra, cada vez más enfermo de altura eterna.
En esta playa te amé tanto que una respiración para los dos bastaba
Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas.