Sinónimos de urna

¡Nunca sigas impulsos compasivos! ¡Ten los garfios del Odio siempre activos, los ojos del juez siempre despiertos! ¡Y al echarte en la caja de los muertos, menosprecia los llantos de los vivos!

Te juzgas a ti mismo basándote en como crees que te ven y puedes suponer cómo hablan de ti, y tratas de entrar en una caja hasta que no puedes salir o moverte con libertad. Respeta quien eres por dentro, deja a tu corazón ser tu guía

Trueno: caída de un baúl por las escaleras del cielo

El buen paño en el arca se vende.

La vida es como un arca inmensa llena de posibilidades.

Cualquier persona, por ignorante que sea, está convencida de poseer al menos una de las llaves del cofre de la sabiduría... y quizá esté en lo cierto.

La felicidad es un viaje —prosiguió Julián, hablando otra vez con pasión—. Es también una elección que tú debes hacer. Puedes maravillarte de los diamantes que hay en el camino o puedes seguir corriendo toda tu vida, persiguiendo ese cofre del tesoro que a la postre resulta estar vacío. Disfruta esos momentos que cada día te ofrece, porque hoy es lo único que tienes.

Tan grandes son tus ojos, que tu alma era quizá como un enorme incendio, cual una lumbrarada de colores, como un fanal de faro.

Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté ¿Quién enturbia los mágicos cristales de mi sueño?

El color no tiene fin. Cada color expresa un momento, una emoción y como yo quiero rendir homenaje a los colores aún después de muerto, pinté yo mismo mi ataúd con los colores argentinos por dentro, y por fuera con los siete del arco iris.

Sólo se puede pronunciar el juicio final sobre un hombre cuando se ha clavado la tapa de su ataúd

A veces, la causa sigue al efecto: por ejemplo, cuando un médico va detrás del féretro de su paciente.

Cuando un médico va detrás del féretro de su paciente, a veces la causa sigue al efecto.

No me retiraré mientras siga manteniendo mis piernas y mi caja de maquillaje.

La tristeza es un cuarto oscuro, pequeño como una caja de cartón cuadrada.

La felicidad es un viaje —prosiguió Julián, hablando otra vez con pasión—. Es también una elección que tú debes hacer. Puedes maravillarte de los diamantes que hay en el camino o puedes seguir corriendo toda tu vida, persiguiendo ese cofre del tesoro que a la postre resulta estar vacío. Disfruta esos momentos que cada día te ofrece, porque hoy es lo único que tienes.

Quince hombres sobre el cofre del muerto yo-ho-ho y una botella de ron.

Tan grandes son tus ojos, que tu alma era quizá como un enorme incendio, cual una lumbrarada de colores, como un fanal de faro.

Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté ¿Quién enturbia los mágicos cristales de mi sueño?