El concepto de infinito es la barrera que el hombre ha inventado, como idea, contra el cauce imperioso de los sentimientos, que siempre están contaminados de eternidad.
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Pienso que el sentido de la vida es la razón más apremiante
No ignoraba yo el peligro apremiante a que me exponía... me comprometí sin embargo, con votos solemnes, a un estado cuyas reglas creía poder practicar hasta la muerte, independiente de todo humano acontecimiento... De ningún modo temía que las revueltas políticas de la sociedad me hubieran podido ser obstáculo para el cumplimiento de mis votos
La necesidad de hablar, incluso si uno no tiene nada que decir, se vuelve más acuciante cuando uno no tiene nada que decir, así como la voluntad de vivir se hace más urgente cuando la vida ha perdido su significado.
Las sensaciones, en cambio, aparecen y desaparecen en filas bien ordenadas. Dejan en la boca sabores contradictorios y en el cuerpo el acuciante deseo de seguir deseando.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción
Recuerden las mujeres que dispersas las fuerzas se debilitan y que para conseguir el bien común necesario es sacudir la apatía y elevarse por encima del bienestar del momento presente.
Con los negocios sucede lo mismo que con el baile: hácese indispensable que las personas bailen al compás.
El trabajo es indispensable para quien desea gozar del reposo, lo mismo que el recreo cotidiano es necesario al obrero para renovar sus fuerzas
Que cada cual encuentre la propia virtud, su propio imperativo categórico.
La poesía es una ética. Por ética me refiero a un código secreto de comportamiento, una disciplina construida y realizada de acuerdo a las capacidades de un hombre que rechaza las falsificaciones del imperativo categórico.
La biblioteca vio la luz primera de sus días debido al deseo y a la necesidad impostergable de tener un lugar así. Se trataba simplemente de que hubiera una biblioteca como ésta. Aquel deseo engendró la existencia del edificio de esta biblioteca, que no es muy de por cierto, y a su personal de planta que en este momento da la casualidad de que está formado por mí.
Que los hombres amantes de la paz se consagren a la cruzada impostergable de convencer a los gobernantes de Centroamérica de la necesidad de disolver los ejércitos.