Cada uno de nosotros es incompleto comparado con otro: incompleto es un animal comparado con una persona, y una persona comparada con Dios, que es completo sólo en la imaginación.
Si reinase la justicia bastaría con haber construido nuestra casa y no se necesitaría otra protección que la del derecho público de propiedad. Pero como lo que está a la orden del día es la injusticia, se exige que quien ha construido su casa esté también en condiciones de protegerla; de lo contrario, es incompleto su derecho a ella y el agresor tiene derecho a la fuerza bruta.
Lo inacabado no es nada