Lo que la imaginación es para el poeta, son los hechos para el historiador
Demasiado volumen para un historiador mucho más para el numen de un cantautor, demasiado gigante el Quijote y el Cid para ser yo tú amante Madrid y sin embargo con resignación ya me hago cargo de tu cruel seducción.
Es interesante y significativo el que un historiador, sin prejuicio teológico alguno, descubra que no puede describir el progreso de la humanidad honradamente sin dar un lugar de prominencia a un maestro pobre de Nazaret. Un historiador como yo, que ni siquiera se llama cristiano, descubre que el cuadro va girando irresistiblemente en torno a la vida y al carácter de este hombre tan significativo
Un historiador es un profeta al revés.