No soy más que un convencido soldado de lo verdadero. Si me equivoco, mis juicios están aquí, impresos, y dentro de cincuenta años se me juzgará a mí, se me podrá acusar de injusticia, de ceguera, de violencia inútil. Acepto el veredicto del porvenir.
Todos insisten en su inocencia, a toda costa, aun si ello significa acusar al resto de la raza humana y aun al cielo.
Se puede calificar de hombre superior el que primero pone en práctica sus ideas, y después predica a los demás lo que él ya realiza.
Un periodo culminante, aunque sus efectos no puedan ser percibidos por entero hoy... Los historiadores futuros que investiguen 1962 pueden perfectamente calificar este año de aquel en que la marea empezó a retroceder
Los jóvenes no sólo deben ser amados, sino que deben notar que se les ama.
No soy un perfeccionista en absoluto. Me encantan los fallos. Me encantan los errores. Me encanta lo bizarro. Me encanta la gente con carácter. Me encanta perder dientes. Amo la belleza porque tus ojos están descentrados. ¿Y cómo puedes notar eso en el bullicio de la ciudad? Por eso me gusta el vacío.