Todos los años la cigüeña venía con un hermanito más, bueno, la cigüeña ya no venía, vivía con nosotros. Cómo sería, que cuando papá llegaba a casa del trabajo, tenía miedo de preguntar ¿qué hay de nuevo?
Regresó y de nuevo volvió a la fábrica. No contaba nada. Pero yo en la escuela a todos les decía orgulloso que mi papá había vuelto de Chernóbil, que había sido liquidador, que son los que habían ayudado a liquidar el accidente. ¡Unos héroes eran! Y los demás chicos me tenían envidia. Al año mi papá se puso enfermo.